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Imagen: gentileza de YSL |
La fragancia
Justamente, cuando se lanzó Parisienne
A juzgar por la campaña y la modelo elegida, me imaginé que sería un perfume con más cuerpo y sensualidad. Tal vez algo en la línea olfativa de Belle d'Opium. Sin embargo, la idea apunta a un amanecer primaveral en París, después de una noche de romance.
Al primer spritzz, se percibe la acidez frutal de la mora y el arándano. Luego dan el paso a las verdaderas protagonistas de esta creación de las perfumistas Sophia Grojsman y Sophie Labbe: la rosa damascena y la peonía. Ellas son las que perduran en la piel por horas, junto con una sensación vinílica y ligeramente punzante, tal vez por las notas de una violeta mezclada con vetiver y patchouli. Para mi gusto, lo que se disfruta más de este perfume es el blend que se produce entre los vestigios de las rosas sumados a la madera de sándalo y al almizcle de las notas finales.
El frasco
Las calles de París son caprichosas. La Historia nos cuenta que primero se asentó la gente y después (mucho después, allá por la segunda mitad del S. XIX) el Barón Haussmann fue pionero al llevar a cabo el primer proyecto urbanístico. Este plan involucraba -muy a grandes rasgos- derribar construcciones medievales, trazar grandes avenidas para agilizar la circulación en la ciudad y así también mejorar los servicios de higiene.
Como resultado, París pasó de ser una ciudad del medio evo a ser el modelo de ciudad moderna, solamente en un período de 20 años. Están los defensores y los detractores de esta diagramación, pero lo cierto es que el resultado es lo que conocemos hoy. Y es esa distribución laberíntica de callejuelas -que todavía pervive a pesar de la haussmannización- la que inspiró las líneas del frasco facetado de Parisienne
Si tuvieras que recrear la esencia de una mujer parisina,
¿qué ingredientes usarías?
Procedencia del producto: perfume incluido en kit de prensa de la marca.